Después de entrar de lleno en las Highlands escocesas en artículos anteriores, ahora toca el turno de contarte qué ver en la Isla de Skye.
La Isla de Skye es uno de los grandes atractivos de las Highlands escocesas y aquí se pueden realizar algunas rutas, visitar cascadas, sumergirse en valles de ensueño o volver al pasado a través de sus castillos e incluso viendo huellas de dinosaurio… ¡sí, huellas de dinosaurio!
Cómo acceder a la Isla de Skye
La Isla de Skye está unida a tierra firme por un gran puente arqueado, el Skye Bridge que une las localidades de Kyle of Lochalsh y de Kyleakin.
Esta parte de Escocia posee una gran variedad de paisajes y es la cuna de la cultura e idioma gaélicos, siendo su zona más visitada e interesante la parte nororiental, aunque también se encuentra la parte de los Montes Cuillin, ideal para hacer rutas de trekking o alpinismo.
La mejor manera para descubrir qué ver en la Isla de Skye, Isle of Skye en inglés, es haciendo un recorrido al contrario de las agujas del reloj, desde Kyleakin hasta Armadale (o nuevamente hasta Kyleakin).
La forma más rápida para acceder a la Isla de Skye es a través del Skye Bridge, de manera gratuita, siendo esta opción la que nosotros elegimos.
No obstante, también se puede llegar (o salir) utilizando el Ferry que transita entre Mallaig y Armadale. El barco tiene un coste de 9,80 GBP por coche + 2,80 GBP por persona (a fecha de nuestro viaje en 2018).
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¿Qué ver en la Isla de Skye?
Old Man of Storr y Quiraing
Entrando a la Península de Trotternish, cuya extensión de 32km muestra grandes paisajes con costas de basalto volcánico, acantilados y rocas escarpadas, encontramos una inmensa columna de roca de 50 metros de altura en forma de hoja de sauce: el Old Man of Storr.
Aparcando el coche de forma gratuita en la misma carretera, se puede hacer una sencilla ruta, con un poco de desnivel, de unas 2 horas aproximadamente (5 km). No sólo se encuentra la recompensa del Old Man of Storr, sino que el verde paisaje rodeado de grandes lagos azules hará que el esfuerzo merezca la pena.
Además, es más que probable que os encontréis algún que otro amigo por el camino… ¡en forma de cabra salvaje!
Si esta ruta te sabe a poco, a través de una pequeña carretera de un único carril, entre acantilados y puertos de montaña, se puede llegar hasta la máxima expresión de esas rocas escarpadas de las que hablamos: el Quiraing. Desde aquí, gracias a sus 543 metros de altura, volvemos a tener unas vistas fabulosas.
Kilt Rock – Mealt Falls
Los acantilados Kilt Rock, de 200 metros de altura, son origen de un fenómeno volcánico por el cual se formaron diversas capas de roca fundida, motivo por el cual son también denominadas Mealt Falls, es decir, Cascadas Derretidas.
De igual modo, el nombre de Kilt Rock viene dado por la combinación de «Rock», que significa «Roca» y de «Kilt», que significa «falda», tal y como descubrimos en este artículo en el que hablamos de Inverness y del Kiltmaker Centre. Por tanto, la traducción sería algo así como «la Falda de Roca».
Este lugar ofrece unas vistas alucinantes, entre montañas y lagos. Gracias a que teníamos el drone, pudimos obtener unas vistas hacia el océano y capturar unas imágenes y vídeos que, de lo contrario, no hubiésemos podido conseguir.
¡Por cierto! En cuanto al coche, se puede aparcar en Kilt Rock en un mini parking que hay justo al lado de forma gratuita.
Huellas de dinosaurio en la Isla de Skye
Hubo una época en la que Escocia era mucho más cálida y habitaban dinosaurios, motivo por el cual hoy en día podemos encontrar en la Isla de Skye una gran variedad de huellas de dinosaurios pertenecientes al Jurásico Medio.
Las huellas datan de, aproximadamente, unos 170 millones de años y la mayoría de ellas son de Saurópodos, es decir, dinosaurios de cuello alto, como el Brontosaurius, y de Terópodos, los cuales estaban emparentados con el Tyrannosaurus Rex, que pasaban tiempo alrededor de las lagunas poco profundas.
Cuando nos enteramos de que en Escocia podíamos ver algo así no lo dudamos ni un segundo y lo incluimos en la ruta. Eso sí, no se encuentran tan fácil las huellas de dinosaurio en la Isla de Skye, sino que se deben buscar.
Para acceder a la playa, el coche se puede dejar justo al lado y para llegar hasta ella se debe tener en cuenta que la carretera, como tantas otras en las Highlands, es de un único sentido, por lo que hay que extremar la precaución.
Justo antes de bajar hacia la arena de la playa hay un cartel informando de la huella y mediante un dibujo se indica dónde se encuentra, pero, una vez que bajas, encontrarla no parece tan fácil…
Nosotros estuvimos alrededor de una media hora buscándola y, finalmente, ¡la encontramos! (o eso creemos… o queremos creer). Es importante tener en cuenta que la marea debe estar baja para poder verla, pues, si sube, el agua cubre las rocas y es misión imposible.
Fairy Glen y Fairy Pools
Este punto de la ruta sobre qué ver en la Isla de Skye merece un artículo individual, pues es uno de los lugares más bonitos y mágico de las Tierras Altas. Por ello, a las hadas les dedicamos un artículo individual para poder detallar mejor la información. Puedes leerlo pinchando aquí.



Dunvegan Castle
El Castillo de Dunvegan se sitúa a tan solo 2 km de la localidad de Dunvegan y pertenece a la familia MacLeod. Es el castillo escocés que más tiempo lleva habitado y ha sido bastión del clan durante más de 700 años.
La primera construcción tiene su origen sobre el S. XIII, aunque en el S. XIX fue remodelado a un estilo más Medieval.
En el castillo se encuentra la Fairy Flag, una bandera amarilla de seda que, siguiendo la leyenda, fue donada al clan de los MacLeod por un hada, convirtiéndose desde entonces en baluarte de esperanza y defensa contra los peligros que acechasen a la fortificación; de hecho, cada vez que se alzaba sobre los muros del castillo, el clan salía victorioso frente a los ataques y las invasiones.
Teníamos previsto visitarlo el mismo día que fuimos al Fairy Glen y la noche se nos echó encima, por lo que nos quedamos sin tiempo y directamente nos fuimos al alojamiento que habíamos reservado con Airbnb. Así que tenemos pendiente la visita para la próxima vez que nos dejemos caer por Escocia.
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Neist Point Lighthouse
Por lo que tenemos entendido, acceder al faro es algo complejo, pues, en primer lugar, hay que conducir a través de una carretera de un único carril bastante estrecha y, en segundo lugar, hay que continuar a pie siguiendo un sendero hasta el mar.
El Faro de Neist Point se encuentra sobre un acantilado frente al mar, elevado sobre un gran claro verde.
Un dato curioso es que el faro se iluminó por primera vez en el 1909 y a día de hoy sigue activo… ¡pero controlado de manera remota desde Edimburgo desde el 1990!
Al igual que nos sucedió con el Dunvegan Castle, nos quedamos sin tiempo para conocerlo en primera persona. ¡Tendrá que ser en otra ocasión!
Valle de Glencoe
Este valle tiene tanta historia y puntos a desarrollar que encontrarás más información sobre el Valle de Glencoe aquí y en este vídeo de nuestro canal de YouTube.
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Fort William
La localidad de Fort William posee tres puntos que conviene destacar, pero los encontrarás en este artículo.
¡Si eres un buen Potterhead, seguro que te interesará!
Loch Lomond & Trossachs National Park
Entre frondosos bosques y lagos rodeados de castillos se encuentra el Parque Nacional del Lago Lomond y los Trossachs, una zona ubicada entre las Highlands y las Lowlands, a unos 40 minutos de Glasgow y 1 hora y 30 minutos de Edimburgo.
Este parque se divide en cuatro zonas: el Loch Lomond, los Trossachs, Breadalbane y el Argyll Forest.
El Loch Lomond, con unos 40 km2 de longitud y unos 8 de anchura, es el lago más extenso del Reino Unido, seguido del Lago Ness. Sobre el lago hay hasta 37 islas y a orillas del mismo se puede divisar el Ben Lomond (974 metros de altura).
Varios son los pueblos que rodean al Loch Lomond, de entre los que cabe destacar Luss, un pueblecito muy bonito con casas construidas a base de piedra arenisca sobre las que trepan plantas de rosas.
Como curiosidad, en los tebeos de Tintín aparecía en ocasiones una bebida, el Whisky Loch Lomond, pero esta marca, en realidad, no existía, si bien es cierto que en la actualidad sí existe una destilería que elabora y comercializa dicha marca de Whisky.
Por otro lado, Trossachs es el lugar en el que nació y peleó contra sus enemigos el Robin Hood escocés, Rob Roy MacGregor. Éste era un ganadero y comerciante que, tras un mal negocio, se convirtió en bandido. Personaje real y a la vez de ficción, aparece en las novelas de Walter Scott y también en el cine a través del actor Liam Neeson.
En Trossachs es donde se encuentra también el Lago Katrine, cuyo romanticismo sirvió de inspiración a Walter Scott en su conocido poema The Lady of the Lake en el año 1810.
Otro lago que merece la pena ser visitado en Trossachs es el Lake of Menteith, considerado el lago-no lago, indicando no un espejo de agua, sino una depresión en la zona, es decir, es un lago considerado natural. Desde este lago puede accederse a la isla de Inchmahome, donde se pueden ver las ruinas del Monasterio de Inchmahome, lugar en el que se escondió a los 5 años Maria I de Escocia (Maria Estuarda).
Esperamos que os haya sido útil el post sobre qué ver en la Isla de Skye, así como los artículos relacionados, ¡podéis compartirlo en vuestras redes sociales! 😊
¡Gracias por leernos!