Cuando empezamos a organizar la ruta por el Valle de Mosela y Selva Negra, en lo que más dudamos era en qué hacer cada día. No sabíamos cuanto tiempo tendríamos que emplear en cada lugar, dónde dormir o si nos daría tiempo a visitar todos los lugares que queríamos. Por eso, hoy vamos a contaros cómo realizamos la ruta, ya que finalmente vimos todo lo previsto anteriormente.
Ruta por el Valle de Mosela y Selva Negra
Día 0. Llegada a Frankfurt
Llegamos al aeropuerto de Frankfurt del Meno (FRA – También conocido como Rhein-Main-Flughafen) desde Madrid por la noche, así que decidimos dormir cerquita del aeropuerto y al día siguiente comenzar nuestra ruta por el Valle del río Mosela. Los vuelos los compramos en Skyscanner.
Nos alojamos en la localidad de Russelsheim, a unos 15 minutos en coche de Frankfurt. Concretamente, en Arona Hotel Atrium. En el desayuno probamos por primera vez la famosa mermelada de cereza Kirsch, típica de la zona, y en todos los siguientes desayunos… repetimos.
Día 1. Tréveris y Bernkastel-Kues
- Tréveris (en español, Trier). Llegamos a media mañana y estuvimos hasta las 5 de la tarde más o menos, pero si tuviésemos que repetir el viaje pasaríamos un poco más de tiempo para ver todo tranquilamente. Es de las ciudades que más tiempo nos puede llevar ver. Podemos encontrar la Porta Nigra, el Puente Romano, la Catedral de Tréveris, la Iglesia de Nuestra Señora de Tréveris, las Termas Imperiales, el Anfiteatro, etc. Como se puede ver, tiene muchísimos lugares para visitar y por este motivo decimos que merece la pena pasar más tiempo en la que es la ciudad más antigua de Alemania.
POST: QUÉ VER EN TRÉVERIS |
- Bernkastel-Kues. Uno de los pueblos más bonitos de la zona del Mosela. Casitas con entramados de madera, calles con encanto y un fabuloso mirador en un castillo, ¿qué más se puede pedir?
En nuestro itinerario para el primer día se encontraba visitar el meandro de Bremm, pero tuvimos que posponerlo porque no nos daba tiempo de ver más.
Esa noche nos alojamos en Zell, en el Hotel Garni Café Im Hamm. Una habitación enorme con ducha de hidromasaje, sala de estar y, lo mejor de todo, un balcón con unas vistas al río Mosela inmejorables. Además, los dueños del hotel nos trataron de maravilla dejándonos, incluso, entrar más tarde de la hora de llegada estipulada. También disfrutamos de un rico desayuno que nos dio fuerzas tras el madrugón.
Día 2. Bremm, Geierlay y Cochem
- Meandro de Bremm. Para poder incluirlo en los planes del nuevo día sin que afectase a todo lo programado, decidimos levantarnos a las 6 de la mañana e irnos a hacer la ruta. No hay nada mejor que un buen paseo por un camino bastante empinado de buena mañana 😅, pero no podíamos irnos sin ver la curva que hace el río Mosela de casi 360º.
- Puente Geierlay. Después de desayunar en el hotel pusimos rumbo al Puente peatonal colgante de nada más y nada menos que 260 metros de largo y de unos 100 de altura sobre un cañón, ¡solamente apto para los más valientes!
- Cochem. Las casitas de colores y el Castillo junto al río hacen de Cochem una ciudad muy bonita. Pese a ser de los lugares más turísticos de toda la zona, pues encontramos todo muy enfocado al turista, disfrutamos de una comida con vistas al río y de una tarde de lo más agradable desde el otro lado observando la bonita vista de la ciudad.
- Treis-Karden. Un pequeño pueblo en el que podemos encontrar una iglesia de tres torres. Dimos una breve vuelta antes de irnos a descansar y lo cierto es que poco más que dar un paseo tiene esta localidad.
POST: BREMM, COCHEM BERNKASTEL KUES Y PUENTE GEIERLAY |

Finalizamos el día alojándonos en Treis-Karden, concretamente en Schloss Hotel Petry. La habitación en la que estuvimos era super espaciosa y grande, con un desayuno muy variado. Un hotel enorme que cuenta incluso con piscina, aunque nosotros no tuvimos la ocasión de poder disfrutarla.
Día 3. Castillo de Eltz y entrada a la Selva Negra
- Burg Eltz. Nos despedimos del Valle de Mosela con la joya de la corona y, por qué no decirlo, el mayor culpable de querer recorrer esta zona. Estuvimos casi toda la mañana disfrutando del Castillo de Eltz, escondido en medio de un bosque, sacando fotos y empapándonos por la lluvia que no paró de caer ese día, pero ni la lluvia nos fastidió la visita. Para nosotros, imprescindible en la ruta.
- Worms. Saliendo del Valle de Mosela hicimos una parada en una de la ciudades más antiguas de Alemania: Worms. Aquí pasamos media tarde viendo la Catedral de San Pedro o el Puente de los Nibelungos construido sobre el río Rin, entre otras cosas.
- Calw. Entramos en la Selva Negra por esta pequeña ciudad donde nació el escritor y poeta Hermann Hesse, Premio Nobel de Literatura. Seguro que te conquista perderte por su calles.

POST: CÓMO ACCEDER AL CASTILLO DE ELTZ |
Reservamos un apartamento en Calw llamado Hermann’s Neue Post. Super bien ubicado, céntrico y muy bien equipado con microondas, nevera y fuegos para cocinar.
Día 4. Castillo de Hohenzollern y Relojes de Cuco
- Burg Hohenzollern. Uno de los castillos más bonitos de Alemania, pero que nosotros quisimos ver desde la distancia. Tras realizar una ruta de senderismo de lo más embarrada y empinada llegamos al mirador Zeller Horn. Esperábamos encontrarnos con el Castillo de frente, pero lo que vimos fue niebla y más niebla… aunque después de un ratito el cielo se despejó y nos brindó la recompensa tras la subida que realizamos.
- Schiltach. Un pequeño pueblo que se puede visitar en unas dos horas paseando tranquilamente por sus calles disfrutando de las casas con entramados de madera de los siglos XVI y XIX, además de la pequeña zona verde junto al río, donde también se puede degustar la famosa tarta de la Selva Negra en una pastelería que está justo al lado.
- Schonachbach. Paramos a ver el reloj de cuco más grande del mundo escuchando la salida del «cu-cu» a cada hora en punto y el parque de relojes de Eble (Eble Uhren Ppark), una tienda llena de relojes de cuco artesanales.
- Schonach. Otro de los relojes de cuco más grandes, aunque éste se encuentra dentro de un recinto cerrado con una decoración mucho más bonita.
Terminamos el día en la cercana localidad de Schönwald, situada entre Schonach y Triberg, en el Hotel Dorer. Un hotel familiar con todas las comodidades necesarias.
Día 5. Cascadas, lagos y Friburgo
- Cascadas de Triberg. Empezamos el día visitando las cascadas de Triberg (Triberg Wasserfälle), con sus 7 saltos de agua a lo largo del río Gutach. Que no os engañen, no son las más grandes de Alemania como mucha gente cree y es que son conocidas bajo esta afirmación que resulta ser falsa, pero sí pueden presumir de ser la sucesión de cascadas con mayor desnivel de todo el país germano.
- Triberg. Salimos de las cascadas por la puerta que da al pueblo de Triberg, para dar una mini vuelta y probar la tarta de la Selva Negra o, en alemán, Schwarzwälder Kirschtorte (a ver quién se atreve a pronunciar esto): una tarta hecha con base de bizcocho, nata, guindas, licor de la cereza Kirsch y todo ello espolvoreado con chocolate.
- Titisee. Como amantes de los lagos, no podía faltar la visita a alguno en nuestra ruta por el Valle de Mosela y Selva Negra. El pueblo de Titisee no lo visitamos, pero sí su lago, el cual destaca por tener una superficie de alrededor de 1,5 Km² y una profundidad de unos 20 metros. Estuvimos muy poco tiempo porque hacia mucho aire y no se podía estar sentado descansando, que era nuestro plan principal.
- Schluchsee. Se trata de otro lago, a unos 15 km del anterior, con su propia presa, por lo que se le puede considerar un embalse.
- Friburgo. Llegamos a media tarde a la que es considerada como «La Capital ecológica de Alemania» gracias a su utilización de la energía solar. Nos encontramos con una ciudad con mucho ambiente por las zonas de la Plaza del Ayuntamiento, la Plaza de la Catedral, las Puertas de la muralla o por los Canales. Lo cierto es que nos sorprendió bastante y nos hubiese gustado poder dedicarle más tiempo.
POST: QUÉ VER EN FRIBURGO |

Nos alojamos en Friburgo en una habitación muy pequeñita que encontramos en Airbnb con vistas a la Catedral.
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Día 6. Gengenbach y Baden-Baden
- Gengenbach. Un imprescindible de la Selva Negra es este pueblo donde se rodaron escenas exteriores de la película «Charlie y la Fábrica de Chocolate». Un lugar de lo más bonito con callejones de adoquines, casas con entramados de madera y calles peatonales. Nosotros pasamos unas dos horas en este pueblo.
- Allerheiligen. Quisimos hacer una parada por el camino y descubrir las ruinas del Monasterio Allerheiligen, el Monasterio de Todos los Santos.
- Mummelsee. El Lago del Murmullo tiene una leyenda detrás que hace que muchas personas quieran ir a verlo (próximamente os la contaremos).
- Baden-Baden. Llegamos por la tarde y, para poner el broche final a la ruta por el Valle de Mosela y Selva Negra, salimos a descubrir la elegante y aburguesada ciudad viendo sus famosísimas Termas o el por muchos denominado «Casino más bonito del mundo».
La noche la pasamos en Baden-Baden, donde nos alojamos en el Hotel am Sophienpark. Está situado dentro de un un parque privado, por lo que puedes imaginar la vista tan chula que tienen las habitaciones. Aquí nos despedimos de la mermelada con sabor a cereza Kirsch gracias al desayuno estilo buffet.
Día 7. Regreso a Madrid
El avión con destino Madrid despegaba a medio día, así que esta mañana la empleamos en, simplemente, llegar al aeropuerto de Frankfurt, devolver el coche de alquiler y pensar en un futuro viaje.
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